Camino Portugués. Del
11 al 16 de Agosto de 2019.
Peregrinación familiar
–Santa María la Blanca de Canillejas-
–Santa María la Blanca de Canillejas-
Dedicado a a todos los
peregrinos que formaron parte de estos 104 km. ¡Gracias!
A la atención especial
de la cuadrilla; Presidente, Vicepresidente:
El caracol común de jardín, melancólico, o
burgajo melancólico (Helix aspersa melancholicus) es una especie de molusco
gasterópodo pulmonado de la familia Helicidae, de vida terrestre. Es una de las
varias especies del género Helix, muy similares. No debe confundirse con Helix
pomatia, el caracol romano, otra de las especies más abundantes.
Especie autóctona de
la zona de Santiago cuyo nivel de melancolía es proporcional a la distancia que
le separa del pórtico de la gloria.
El caracol melancólico
solloza con entereza durante todo el camino, siempre y cuando pueda sortear un
zapatillazo peregrino.
Dicen que los más
arriesgados toman el camino portugués aunque se conocen pocos casos de
caracoles melancólicos, que hayan finalizado dicho camino sin en todo
caso, plantearse un francés.
Hay un cuento sobre
el caracol melancólico que;
verdad o mentira, toca narrar:
Las lágrimas salieron
corriendo, no les dio tiempo a despedirse. Tantos días desde que llegarán a
brotar de sus ojos y así, a su ritmo, se marcharon.
Habían sido meses
duros. Lo recordaría durante el resto de su vida porque es imposible olvidar
algo cómo aquello.
Días en los que las lágrimas
eran el único consuelo para cada uno de los sucesos de su vida. Recuerdos en su
cabeza, frágil condición de caracol,
desesperanza ante el recuerdo de lo más querido.
Melancólico, se cerró
en su llanto. Caja fuerte inexpugnable. Ni su concha era tan dura.
Por momentos llegó a
estar más cerca de la muerte que de la vida, al borde de cunetas, frente a
frente al riesgo del impacto de los palos peregrinos.
Su camino,
Santiago.
Quedarse atrapado en
sus recuerdos le hizo estar más cerca del ocaso que del sendero.
Y allí rompió a
llorar, aquellas lágrimas recordaban el primer momento en que quisieron ser
apartadas. Y entendieron que ya no les quedaba mucho tiempo.
Habían desahogado el
alma de su dueño y el mundo le había ofrecido una esperanza que creía haber
apagado. Otro recuerdo a través de una mirada, de una sonrisa que de nuevo
encendió una llama. El fuego del esfuerzo, de la meta alcanzada junto a amigos
de viaje y compañeros.
Su trabajo estaba
hecho. El pórtico de la gloria atravesado.
Santiago,
babeado.
Nota: Pour quand
depuis Roncesvalles? (¿Para cuándo desde Roncesvalles?)
¡Buen Camino!
J.L.Galán
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